Un preso dirigía operaciones de narcotráfico desde el penal de Orán

A través de su pareja, y desde el penal de Orán captaba a mujeres en situación de vulnerabilidad para el traslado de la droga proveniente de Bolivia.

Sebastián Policarpio Flores, es un recluso de la Unidad Carcelaria N°3, de Orán, acusado de liderar una organización de narcotráfico. Desde su lugar de encierro y aprovechándose de personas de extrema vulnerabilidad, en especial mujeres, el imputado las utilizaba para el traslado de la droga de Orán a distintas bocas de expendios en Salta capital.

El fiscal sostuvo que la imputación contra Flores, en calidad de autor del delito de transporte de estupefacientes agravado por el número de intervinientes, surge “no de un procedimiento casual, sino de una investigación que demandó un año y estuvo a cargo de la PROCUNAR NOA”.

Villalba señaló a Flores como “jefe” de la organización que puso en marcha distintas operaciones de transporte de estupefacientes desde su celda. Explicó que la pareja del imputado, Gisella Marisol Diego, era el “brazo ejecutor” fuera de la unidad carcelaria.

Resaltó que Flores, quien cumple una pena de 4 años y 6 meses de prisión por tenencia de estupefacientes impuesta por la justicia provincial, no sólo dirigía los movimientos para el traslado de la droga, sino también “operaba” para adquirirla desde Bolivia.

Flores cumple una pena de 4 años y 6 meses de prisión por tenencia de estupefacientes y dirigía los movimientos para el traslado de la droga y “operaba” para adquirirla desde Bolivia. Se dispusieron numerosas intervenciones telefónicas “Flores, desde la cárcel, gestionaba la adquisición de cocaína, coordinaba su acopio y daba instrucciones a Diego para lograr el transporte a Salta”.

Flores dialogaba con su pareja, Diego, a quien le detallaba todas las gestiones que debía realizar, tanto para la obtención de la droga desde Bolivia como para su traslado a Salta. Incluso se detectaron llamados del mismo recluso a otros integrantes de la organización. Para el traslado de la droga desde Orán a Salta y en plena pandemia, el acusado había implementado un sistema que se valía de mujeres, por lo general en estado de vulnerabilidad, que eran captadas por Diego, quien también tenía a cargo la obtención de permisos de circulación para aquellas mujeres.

Tras adosar la droga a distintas partes del cuerpo de las mujeres captadas, Diego, bajo la dirección de Flores, coordinaba los viajes en remises, por lo general, bajo la modalidad de posta hasta llegar a la capital de Salta.

El fiscal estimó la pena requerida para Flores en 10 años de prisión por el delito de transporte de estupefacientes agravado, calificación que fue aceptada por la jueza, quien de esta manera dispuso que el caso avance a juicio.