Violenta entradera: torturaron a un policía para robarle U$S 10.000

En Garupá, Misiones, un policía fue maniatado, golpeado y torturado por delincuentes para robarle dinero.

Un agente de la Policía de Misiones fue víctima de una brutal entradera el jueves por la tarde en su domicilio de Garupá. Los delincuentes lo maniataron, golpearon y lo sometieron a diferentes torturas para que revelara el lugar donde se encontraba una gran suma de dinero: U$S10.000, equivalente a casi un millón de pesos argentinos.

El hecho tuvo lugar luego de las 13:00hs en una vivienda en las inmediaciones del cementerio de dicha localidad, a pocos metros de la avenida Las Américas y la calle Casimiro Martínez.

De acuerdo con la información facilitada por diversas fuentes del caso al diario local El Territorio, el oficial damnificado fue identificado como el suboficial mayor Rafael P., quien en la actualidad presta servicios en la División de Secuestros judiciales de la policía de Misiones.

Según trascendió, alrededor de las 13:15hs la víctima arribó a su domicilio y fue sorprendido por dos delincuentes que mediante fuerza física: puñetazos y patadas, lo introdujeron al inmueble. Los malvivientes estaban desarmados, agregaron las fuentes del caso.

La violencia continuó en el interior del inmueble, ya que los criminales continuaron golpeando al efectivo para doblegarlo. No contentos, lo ataron a una reposera plástica con precintos y siguieron con los golpes para que les indicara dónde guardaba sus ahorros. Como se negaba, los delincuentes comenzaron con las torturas.

Los delincuentes tomaron un cuchillo de la cocina del agente y lo expusieron al fuego. Lejos de sólo intimidarlo, con la hoja al rojo vivo provocaron múltiples quemaduras en el abdomen del policía. Finalmente consiguieron lo que habían ido a buscar en un mueble del dormitorio del uniformado.

Las fuentes indicaron que los asaltantes se llevaron 65 mil pesos y 10.000 dólares en efectivo, lo cual equivaldría a un total de 80.000 pesos (según la cotización del dolar oficial actual).

Tras conseguir el dinero, los delincuentes huyeron sin llevarse ningún otro objeto de valor del inmueble, ni siquiera el arma reglamentaria del efectivo. Se estima que la fuga se dio a pie, aunque no se descarta que haya un tercer miembro que los esperaba en algún vehículo.

El suboficial pudo soltarse por si sólo y pidió ayuda a sus vecinos. A pesar de las lesiones recibidas, Rafael P. no fue trasladado a ningún centro asistencial. En el caso intervinieron efectivos de la Comisaría Quinta y especialistas de la división de Criminalística.