MILEI Y TORRES

No hay plata MILEI Y TORRES

Mañana Ignacio Torres y el domingo Javier Milei: Los nuevos administradores de Chubut y Argentina respectivamente asumirán en medio de la crisis más profunda de todas la que registra la historia argentina moderna.

Milei llega con casi nulo rodaje político pero con el acompañamiento de 14 millones de votantes que prefirieron un cambio hacia lo desconocido antes que continuar con más de lo mismo.

Torres con un poco más de experiencia legislativa, siendo el senador más joven de la historia, deberá afrontar, entre muchos otros asuntos, el desafío de revertir el estado de abandono en que se encuentra el sistema público educativo y la infraestructura general de la provincia -rutas, acueductos, aeropuertos, interconexión energética, viviendas, etc- que más aportó en los pasados 100 años a la riqueza nacional con su monocultivo hidrocarburifero.

A Torres se lo ha escuchado por estas horas decir que a Chubut le esperan buenos vientos en la medida de que Milei avance con su idea de achicar la paridad cambiaria para confluir en algún momento en un mercado único de cambio, libre y flotante. Asegura esto último en la esperanza de que el precio de un dólar "oficial" más parecido al precio del dólar real mejorará significativamente el volumen de ingresos de Chubut por regalías petroleras.

Milei por su parte, sin mayoría parlamentaria, deberá encarar todas las transformaciones que prometió en campaña en materia de erradicar el déficit fiscal, desregular la economía y domar definitivamente el cáncer endémico con que conviven los argentinos desde hace más de 70 años: La Inflación.

Para lograr su cometido, Milei machaca casi como si fuera un mantra su frase de cabecera por estos días: NO HAY PLATA.

Se los advirtió Milei a Torres y al resto de los gobernadores de provincia. "Qué culpa tengo yo si han gastado más de la cuenta". En criollo sería algo así como decirles "arrenglense como puedan pero vayan despidiéndose de los ATN". El nuevo presidente se ha autoimpuesto la responsabilidad de equilibrar gastos, desactivar la bomba de las Letras de Liquidez, bajar la inflación, y poner en marcha la economía mediante desregulaciones de variado calibre.

En ese contexto, Torres tiene por delante un 2024 en el que, entre otras cosas, deberá alargar la mecha de la deuda pública provincial, lograr volver a garantizar 180 días de clases, revisar la calidad de los obsoletos contenidos pedagógicos y mejorar las prestaciones de un sistema de salud que cruje por todos lados. Todo esto en simultaneo con dar por finalizada la larguísima etapa en la que el empleo público y las asesorías políticas en Chubut fueron la forma mediante la cual la política en todos sus pelajes se garantizó financiamiento y lealtades.