Falleció a los 96 años Aída Kancepolski, de Abuelas de Plaza de Mayo

El sitio oficial de Abuelas de Plaza de Mayo dio a conocer la noticia con un comunicado oficial.

Este martes 4 de agosto el sitio oficial de Abuelas de Plaza de Mayo dio a conocer el fallecimiento de Aída Kancepolski de 96 años. El comunicado del organismo recordó con nostalgia que: “hace apenas unas semanas grababa, desde su casa y junto a su nieto Sebastián, un video para alentar la búsqueda de los casi 300 nietos y nietas que faltan, esta mañana se durmió y no volvió a despertar.

https://twitter.com/abuelasdifusion/status/1290790614133604361

Adiós a la querida Aída Kancepolski. Hasta siempre Abuela.https://t.co/69o33Yy2xT pic.twitter.com/peVDhdWRDx

— Abuelas Plaza Mayo (@abuelasdifusion) August 4, 2020

Aída nació el 27 de abril de 1924 en Argentina. Sus padres y hermano llegaron al país escapando de la guerra. “Aída mamó en su casa la solidaridad. Ayudaba a su madre con los hermanos que fueron llegando y cuando volvía de la escuela cosía para los vecinos”, asegura el comunicado.

A los 22 años conoció a su marido en un baile de la comunidad judia y juntos tuvieron 3 hijos: dos mujeres y Walter. Años después se separó de su esposo y comenzó a trabajar para mantener a sus hijos. También fue voluntaria en el Hospital Israelita y se ganó a admiración de su hijo por “militar”.

Luego de terminar el colegio secundario, Walter se mudó a Miramar con su padre para estudiar en Mar del Plata y allí conoció a Patricia Marcuzzo. Los jóvenes fueron secuestrados entre el 18 y el 20 de octubre de 1977. Patricia estaba embarazada.

Como todas las madres de los secuestrados Aída Kancepolski comenzó una ardua búsqueda en comisarías, reparticiones militares, la Embajada Alemana y eventualmente encontró a las Abuelas. Mediante otros sobrevivientes de los centros clandestinos se supo que Walter había estado en el centro clandestino de La Cacha y que Patricia había dado a luz a un varón el 1978, Sebastián.

Sebastián fue localizado por la filial de Abuelas de Plaza de Mayo de Mar del Plata en 1983 y entregado a la familia materna. Cuando el joven se hizo mayor de edad se fue a vivir a Buenos Aires, donde cuidó de Aída hasta el día de hoy.

Aída Kancepolski era una mujer inquieta, activa, dedicada a su familia. Le encantaban las fiestas y los agasajos. Quedarán en la memoria de todas y todos sus anteojos modernos y los comentarios agudos arrojados al final de cada reunión de comisión; extrañaremos su calidez y la picardía con la que entregaba caramelos a escondidas, por temor a que no alcanzaran para todos; recordaremos su lucidez para discernir lo justo de lo injusto. Tu legado es el compromiso que seguirá intacto en nuestra búsqueda. Hasta siempre, querida Aída”, así la recordaron desde Abuelas de Plaza de Mayo.