Prisión perpetua para ganadero que envenenó a sus peones

Un ganadero envenenó a dos peones que tenía en Salta. Uno de ellos murió. El otro lo llevó a juicio: cadena perpetua y $9 millones de multa

En 2018, dos peones habían denunciado ante la AFIP al ganadero alemán Hartmund Torsten Theobald. Fue tal la furia de su patrón que les envenenó la comida. Uno de ellos murió, pero el otro lo llevó a juicio. Finalmente, la justicia de Salta lo condenó a cadena perpetua en prisión.

El fallo sentenció al alemán Theobald a la pena máxima que tiene nuestro país por “homicidio calificado por el uso de veneno u otro elemento insidioso”, en perjuicio de Ramón Ignacio Casas. Por otro lado, también “tentativa de homicidio calificado por el uso de veneno u otro elemento insidioso”, en el caso de Benito Soraire, los jueces ordenaron también que el alemán pague 9.000.000 de pesos en concepto de reparación a la familia de la víctima fatal.

En sus últimas palabras en el juicio, el ganadero repitió que es inocente. Además, agradeció a todas las personas que lo acompañaron en el juicio. Sin embargo, la acusación que argumentó el fiscal Ramiro Ramos Ossorio en su alegato fue contundente.

El fiscal explicó las condiciones en las que vivían los peones, que calificó de “infrahumanas”. “No tenían agua y vivían prácticamente en la exclavitud”, agregó.

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Prisión perpetua para ganadero que envenenó a sus peones

El ganadero alemán fue condenado a prisión perpetua por envenenar a dos peones

Además del pedido de la pena de cadena perpetua presentado por el fiscal, los abogados José Teseyra y Alejandro Tapia, quienes además pidieron una indemnización de 12.000.000 de pesos para la familia del empleado que murió.

Del otro lado, la defensa de Theobald pedían simplemente la absolución del imputado, dado que consideraban que en ningún momento se pudo probar con certeza la autoría de su cliente.

El hecho ocurrió en octubre de 2018 cuando el ahora condenado denunció que había encontrado muerto a uno de sus peones en una de las habitaciones de su casa, en el Paraje Palomitas, a unos 60 kilómetros de la capital salteña.

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