Por una apuesta, comió una lagartija y murió

David Dowell, de origen australiano, padre de tres hijos, fue desafiado a comerse una lagartija en una fiesta con amigos y a los dos días, lo llevaron de urgencia al hospital.

“Un día después de llegar al hospital, los médicos lo diagnosticaron con salmonella”, comentó su hermana, Hannah Dowell.

El estado del hombre empeoró y comenzó a vomitar bilis verde, se le inflamó el vientre, su orina se volvió negra y sus pulmones se llenaron de líquido procedente del estómago.

“Sus testículos presentaban tal hinchazón que habían alcanzado el tamaño de “pomelos” y supuraban”, relató la madre de David.

Dowell falleció durante una operación. La familia considera que “se pudrió de dentro hacia fuera” y continúa una cruzada con la que aspiran a conocer las causas del repentino y traumático deceso.