El brutal crimen de un niño ocurrió en la ciudad de Victoria, en Australia, en manos de su padre. Un joven, de 23 años, se declaró culpable de haber asesinado a su hijo, un bebé de tan solo 7 semanas de edad.
Joseph Williams McDonald relató que golpeó al pequeño en la cabeza porque no dejaba de llorar y eso le impedía concentrarse en sus juegos de PlayStation.
Según se desprendió de la investigación, ese día Samanta, la madre del pequeño, escuchó llorar a su hijo de una forma inusual. Cuando le preguntó a su pareja afirmó que lo había “acurrucado” . Sin embargo, el estado del bebé desmejoraría con el correr de las siguientes horas y lo llevó al hospital.
La madre creyó que se debía a un golpe que habría sufrido durante la mañana. Sin embargo, los estudios diagnosticarían – a través de un escaneo – un traumatismo contundente.
Además, se confirmó que las lesiones no habrían sido accidentales y en estas circunstancias, el padre huyó del hospital. El pequeño falleció el pasado 29 de octubre de 2019.
McDonald fue detenido y será sentenciado a finales de este mes. Podría ser condenado a 20 años de cárcel.