Los incendios en el Amazonas presionan también a Bolivia y a Evo Morales

Por actuar de manera tardía, el actual presidente podría perder intención de voto para las próximas elecciones, a realizarse el 20 de octubre.

Inicialmente, la reacción del presidente de Bolivia, Evo Morales, había sido escéptica: dijo que las protestas de los activistas medioambientalistas y ciudadanos eran “chistosas”. Pero la presión internacional lo obligó a tomar mayores recados en el asunto, que llegaron al país a fines de agosto en forma de helicópteros para controlar el fuego y recursos económicos.

Este aspecto se ha vuelto central de cara a las próximas elecciones nacionales. Morales ronda el 35% de la intención de voto, mientras que su principal rival, el ex presidente Carlos Mesa ronda el 27%. El candidato oficialista podría ganar en primera vuelta si logra el 40% de los sufragios y supera a su adversario por más de 10 puntos porcentuales.

Sin embargo, según los sondeos, las posibilidades de Morales se reducirían de manera considerable si la oposición logra forzar una segunda vuelta. Pero este no es el único problema que enfrenta el presidente: la constitución no permite más de dos mandatos consecutivos y el resultado del referéndum de 2016 fue claro, la mayoría de los bolivianos rechazó que el presidente contendiera por cuarta ocasión. Sin embargo, los magistrados del Tribunal Constitucional le permitieron participar.

De todas formas, ninguno de los candidatos se durmió en los laureles: ambos prometieron que reducirán la habilitación de bosques para la agricultura y la ganadería. Para ello, la presión de la comunidad internacional en Bolivia será vital para exigirle al próximo gobierno a cumplir su palabra. Nunca más un gobernante puede decir que estos temas son “chistosos”.