Cada vez más evidente
Por Saúl Gherscovici
En su discurso de inauguración del período de sesiones del Congreso, el presidente Javier Milei dejó en evidencia, una vez más, su desprecio a las instituciones, al consenso, al respeto y a todo lo que conforma y alimenta la convivencia democrática.
Ante un Congreso casi vacío, Milei no sólo reiteró una mala lectura de otro discurso que evidentemente no escribió, también repitió su relato mentiroso de la realidad, fustigó al principal adversario político de cara al 2025 y 2027, e incrementó a niveles nunca vistos ni escuchados su narcisismo y autopercepción de mejor presidente de toda la historia.
Hubo un Recinto vacío
La oposición, esta vez, decidió no prestarse a otro show televisivo berreta ni a poner la otra mejilla. Aquel que estuvo dispuesto a hacerlo, como el radical Facundo Manes, terminó siendo burlado por Milei y, lo que es peor y grave, amenazado y patoteado por Santiago Caputo, el asesor y parte ineludible del triángulo de hierro.
Tampoco es un dato menor la mayoritaria ausencia de gobernadores en el Recinto que no sólo se solidarizaron activamente con su par de Buenos Aires, Axel Kicillof, también se cansaron del recorte de fondos, de las promesas incumplidas y de tener que hacer frente con presupuestos propios de las obligaciones de Nación.
De los 24 mandatarios provinciales solo asistieron 6, entre ellos el de Chubut, Ignacio Torres.
El contenido del discurso, lo que pudo entenderse, no dejo en definitiva nada nuevo. Milei una vez más no le habló al pueblo que debe representar, ese que la está pasando mal con su política de ajuste permanente y perverso. Lo único que anunció fue un teórico y eminente acuerdo con el FMI, organismo que ya había adelantado de todas las maneras posibles que solo iba a firmar uno si había una devaluación, que el presidente hasta el sábado negaba.
Es decir que si ese acuerdo se da, más que positivo para la ciudadanía se presenta como la reedición de aquel al que accedió Macri para ganar una elección que terminó perdiendo pese al abultado y costoso apoyo. Ese que se sigue pagando y del que también fue parte el ministro de Economía actual, Luis Caputo.
Ni una palabra
Milei tampoco dio explicación alguna de la estafa con la meme coin $Libra. Sí se puede interpretar que hizo una referencia cuando, al mencionar que "en 25 años la política le robó vía Banco Central a los argentinos 110 mil millones de dólares", luego agregó: "vengan ahora a hablar de estafa piramidal, dale". O sea...digamos....
Mientras este exceso de narcisismo y negación se transmitía por cadena nacional, en varias ciudades hubo cacerolazos donde la palabra "estafador" y "corrupto" fue lo que más se escuchó porque este escándalo podrá ser negado por Milei pero sigue creciendo, no solo en la investigación judicial argentina sino en el exterior.
A la calificación que la semana pasada le dio Forbes al tema, "la mayor estafa de la historia", se sumó ahora una investigación del New York Times en la que desnudó por completo toda la operación y el nivel de involucramiento de Milei, su hermana, y parte de su entorno en la misma. En la nota hasta se corroboró el cobro de un arancel de 50 mil dólares para sacarse una foto y darle la mano al presidente en el Tech Forum de octubre pasado, donde se generó el encuentro entre Javier Milei y Hayden Davis. Ese fue el puntapié inicial de lo que meses después explotó con un más que oportuno "twitter" del presidente promocionando la cripto moneda, elemento indispensable para que la estafa se concrete.
El "carancheo"
Para contrarrestar esa nota, en la que también se habla de otro arancel de 500 mil dólares para encuentros y negocios más exclusivos, el viernes Milei publicó en la misma red social X, su desdeñable y condenable ataque contra el gobernador Axel Kiciloff, a quien insólita y autoritariamente lo invitó a renunciar o aprontarse a una intervención federal.
Se trató de una de las clásicas maniobras de distracción que protagoniza Milei. La diferencia es que aquí "carancheó" sobre el cuerpo de Kim, la niña de 7 años asesinada en la provincia de Buenos Aires. El presidente no tuvo reparo alguno y en su escrito responsabilizó arbitraria y equivocadamente del mismo al mandatario bonaerense.
La negación, la burla, el patoteo y la perversión son sellos característicos de este gobierno pero no hay que perder de vista que el sábado Milei habló solo para los pocos suyos en el Congreso, que el rating de la cadena nacional fue nuevamente bajo y que en las calles hubo cacerolazos. Tal vez sean señales cabales de que esa inexplicable fascinación que genera la crueldad y la perversión empieza a agotarse, junto con la paciencia y la esperanza.