Flavio Mendoza subió una foto retro de su papá: “Te extraño”
Flavio Mendoza atraviesa un duro momento por la pandemia por coronavirus y se mostró muy sensible al expresar cuánto extraña a su papá.
Flavio Mendoza nunca oculta su dura historia de vida y mucho menos, a su familia. Con orgullo recuerda su crianza en el circo y el amor de su familia. Por eso, mientras atraviesa un difícil momento económico debido a la pandemia por coronavirus, el empresario y coreógrafo compartió un sentido posteo recordando a su papá, a quien siempre lo recuerda por su pasión y fortaleza.
En su perfil de Instagram, Flavio Mendoza compartió una foto de su papá siendo carnicero. Y es que esa había sido su profesión antes de conocer a su pareja y unirse al circo para estar con ella, es decir, la mamá del coreógrafo.
Junto a la foto retro, Flavio Mendoza resaltó: “Mi viejo querido te extraño” y agregó algunos emoticones de corazones. Enrique, el papá del coreógrafo siempre es recordado con pasión.
Mi viejo querido te extraño ??????????
“Mi abuelo era el dueño del circo donde crecí y creo que uno de los mejores payasos de la época. Y mi abuela, una alemana rubia de ojos claros, lo acompañaba siempre con el papel principal. Papá era de pueblo, carnicero, y cuando vio a mi mamá en una función se enamoró perdidamente de ella. Entonces se sumó al circo apostando al amor sin conocerla. ¡Todo muy de película!”, detalló tiempo atrás Flavio Mendoza a revista Caras.
Además, en otra entrevista indicó cómo fue la unión de su recuerdo que involucra a su papá con la elección del nombre de su hijito Dionisio. En el circo había un hombre con ese nombre, “yo siempre quería hacer algo diferente: ser trapecista, ser bombero… Un día me miró y me dijo: ‘Vos podés ser lo que quieras’. Y le sumó una frase de Chaplin: ‘Los únicos sueños que no se cumplen son aquellos que no se sueñan'”, recordó a revista Gente.
#domingo paseando los mis hijos #dog #bebe #amigo #feliz #love @omipier ?? View this post on InstagramY agregó que “con los años, cuando lo entendí, sentí cómo aquel hombre me había marcado. El trabajaba en la caballeriza. Le decía a mi papá ‘yo lo llevo, Don Enrique’, me ponía en sus hombros e íbamos donde estaban los animales. Jamás volví a verlo. A veces pienso qué será de él, si vive o no. Siempre fue un recuerdo muy fuerte”.









