Rocío Oliva, decepcionada de Diego Maradona: “Yo te pedí algo, que era lo más importante que necesitaba en mi vida y no me ayudaste”

Ya separada de Diego Maradona, Rocío Oliva contó pormenores de su relación y el motivo que la decepcionó y la alejó de él. Se trata del asesinato de su padre. La futbolista le pidió ayuda al entrenador, pero él no respondió de la manera que esperaba. “A mi papá lo mataron cuando yo tenía 12 años, […]

Ya separada de Diego Maradona, Rocío Oliva contó pormenores de su relación y el motivo que la decepcionó y la alejó de él.

Se trata del asesinato de su padre. La futbolista le pidió ayuda al entrenador, pero él no respondió de la manera que esperaba. “A mi papá lo mataron cuando yo tenía 12 años, enfrente de mis ojos. Fue una situación horrible. Era el cumpleaños de una primita de 4 años. Estaba lleno de chicos y llegaron los dueños (del salón de fiestas) que eran de Moreno, dos hermanos, los hermanos Nogueira, que son hijos de Pipi Nogueira, un ex concejal de ahí. Tenían poder. Ahora están todos libres, la verdad es que no pasó nada. Yo era muy chica en su momento. Después me llamaron para hacer un juicio, pero nadie lo pudo seguir. Mi abuela era el segundo hijo que perdía, estaba destrozada, y mi mamá era muy joven. Yo tenía 12 años. ¿Dónde iba a ir?”, había dicho sobre el trágico suceso.

En diálogo con Infama revivió el hecho y también se refirió al pedido a Maradona. “En su momento lo hablé con Diego, le dije que quería resolver un tema que tenía pendiente en mi vida. Vivíamos en Dubai y él sabía mucho del amor que siento por mi papá. Me dijo que sí, pero siempre fue como un tema muy por arriba, es como que te comente algo y vos me digas ‘bueno, dale’. No es que me dijo ‘sí, lo hacemos porque sé que te pasa esto y esto’. Le pregunté con quién tenía que hablar y me mandó a hablar con este chico Maxi, ni siquiera directamente con los abogados. Me dijo ‘escribí una nota y contá minuto a minuto qué fue lo que pasó'”, aseguró en un mano a mano con Luis Ventura.

Y continuó: “Me tomó noches enteras de llorar, pensar y sacar cuentas. Le entregué el papel y le dije: ‘Hacé lo que tengas que hacer con esto y no se lo des a nadie’. No tenía nada malo, pero era algo muy íntimo. ‘No, tranquila, despreocupate’, me dijo. Pasaban los días y le preguntaba si había alguna novedad. ‘No, nada. Después cuando llame pregunto’, me respondía. Pero después hablaba de cualquiera otra cosa menos de eso. O a veces le decían ‘dame unos días’. ¿Viste cuando te sentís boludeada? Que vas de acá para allá, pareciera que mendigando o pidiendo algo… Un poco, entonces, me ganaron por cansancio”.

Pero el mensaje no fue escuchado: “Una sola vez le dije ‘yo te pedí algo, que era lo más importante que necesitaba en mi vida y no me ayudaste, no te importó’. Un hombre que te quiere, te cuida, te apoya, te acompaña y se pone contento si te va bien. Si vas a la tele te mira, te dice que le des para adelante… Y volvés para atrás y decís ‘eso es lo lindo, el amor verdadero’. Diego debe tener su forma de querer y de amar. Yo la aceptaba y estaba con él, para mí no había otra forma de amar en ese momento. Para mí lo que hacía estaba bien. Hoy sé que no”.

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