La historia de Jean Seberg: cómo el FBI destruyó su vida

Kristen Stewart protagonizará un thriller sobre la vida de Jean Seberg. En los años 70, el FBI la difamó en la prensa por un supuesto romance con un miembro de las Panteras Negras. Murió en 1979.

Fue uno de los mayores exponentes de la Nouvelle vague, movimiento que tomó al cine francés como inspiración durante los años 50. Saltó a la fama absoluta con 21 años, cuando tuvo un papel en À bout de souffle (1959), dirigida por Jean-Luc Godard. Así se convirtió en un icono del cine del siglo XX.

Nacida en Marshalltown, Iowa, en 1938, comenzó a actuar a la edad de 17. Pero además de la actuación, el activismo por los derechos civiles de los afroamericanos es otro aspecto que marcó su vida. A los 14 años ya formaba parte de un movimiento, la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP en sus siglas en inglés).

Cuando llegó al estrellato de la pantalla grande, su activismo no hizo más que aumentar. A fines de la década del 60, se puso en contacto con las Panteras Negras. Fue así como conoció a Hakim Jamal, primo de Malcolm X, y uno de los líderes del movimiento.

A pesar de estar casada con el escritor y diplomático Romain Gary, Jean Seberg mantuvo un romance con Jamal, que duró cerca de dos años. Durante ese tiempo, la actriz hizo generosas donaciones a las Panteras Negras.

Aquí es donde el FBI paró las orejas. En aquellos años, que una actriz de la magnitud de Seberg tuviera ideas tan cercanas a la extrema izquierda era algo intolerable. Así que el Buró Federal de Investigaciones decidió explotar por los aires la relación de Seberg con las Panteras Negras.

El desprestigio en la prensa fue brutal. En 1970, Seberg se encontraba en su segundo embarazo. El FBI aprovechó esta ocasión para esparcir el falso rumor de que ese segundo hijo era de Hakim Jamal. Aunque ella lo negó, no sirvió de nada. La presión fue tal que Seberg tuvo un parto prematuro, antes de los siete meses. El bebé murió dos días después de nacer.

La persecución del FBI no cesó. La seguían por la calle. Le pinchaban el teléfono. Mientras crecían sus problemas psicológicos, los directores dejaron de llamarla para ofrecerle películas. En los dos primeros aniversarios de la muerte de su hijo, intentó quitarse la vida.

Finalmente, lo conseguiría poco después de cumplir 40 años, el 30 de agosto de 1979. La encontraron en el asiento trasero de su auto, un Renault 5. La causa oficial de muerte fue sobredosis por ingesta de barbitúricos (sedantes del sistema nervioso central) y alcohol.