Caso Leandro Bravo: en la reautopsia se confirmó que fue torturado por la policía

En uno de los 70 videos que están incorporados a la causa se ve que lo suben a uno de los cuatro patrulleros

Leandro Bravo tenía 37 años y vivía en Charata, Chaco. El joven el día  26 de febrero murió  bajo custodia policial tras haber sido levantado de la calle sin ofrecer resistencia y luego de una golpiza que le propinaron en el suelo tres policías.

En uno de los 70 videos que están incorporados a la causa se ve que lo suben a uno de los cuatro patrulleros. Llegó al nosocomio local sin vida, con lesiones en la cara, hombros, marcas en las muñecas y lesiones en las piernas.

Se conoció el resultado de la segunda autopsia y Virginia Creimer confirmó que fue torturado.

La perito Creimer confirmo que se hallaron lesiones en el cráneo traumatismos en el cuerpo y lesiones compatibles con asfixia por compresión extrínseca del cuello.
A su vez apunto A quiénes realizaron la primera autopsia y los acusó de cometer falencias grave si omitir aspectos claves.

Comunicado de Pañuelos en Rebeldía
Desde Pañuelos en Rebeldía acompañamos a nuestra compañera Florencia Sánchez, integrante del Equipo de Educación Popular, en el proceso de exigencia de justicia por el crimen de su hermano, Leandro Bravo, en manos de la policía.

Los hechos ocurridos los venimos compartiendo con varias organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos, para poder colectivamente organizar el próximo 24 de Marzo una coordinación en distintos territorios del país, para visibilizar éste y otros casos similares de represión estatal, violencia institucional, criminalización de jóvenes, y gatillo fácil.

Leo era un pibe de 37 años, con consumo problemático, situación que a menudo es utilizada por las instituciones estatales y los medios hegemónicos para criminalizar a la juventud. Pocas veces encontramos una respuesta responsable y efectiva por parte del Estado para ofrecer un tratamiento y acompañamiento, tanto a lxs jóvenes como a sus familias. La familia de Leo acompañó esta situación, con avances y retrocesos. Hasta que en 2017 el problema se agravó, cuando la policía del 911 de la ciudad de Charata lo detuvo porque lo encontraron discutiendo con un vecino que quería ingresar al edificio en el que vivía, al que Leo le pedía que se fuera, porque tenía causas por violencia de género, y las vecinas del edificio no lo querían ahí. En esa ocasión, los policías lo redujeron de forma brutal, lo llevaron detenido, y lo golpearon violentamente. El accionar de la policía quedó registrado en videos realizados por varixs vecinxs con sus celulares.

Una de las hermanas de Leo, abogada, fue a la Comisaría a buscarlo. Al llegar el móvil policial, luego de demorar más de 30 minutos, la hermana recibió a Leo brutalmente golpeado, con signos de tortura, ensangrentado, con dificultad respiratoria y mucho dolor. Queremos destacar que el médico legal se negó a atenderlo. Leo estaba tirado en el suelo casi sin poder respirar. Son estos los métodos que utiliza el Estado para castigar, disciplinar y torturar a lxs pibxs.

Posteriormente a esta tortura por parte de la policía, su situación de consumo problemático se agravó. En los últimos 5 años, Leandro fue perseguido y hostigado por la policía, que lo detuvo y golpeó en varias ocasiones. Son muchos los interrogantes que nos encuentran pensando porqué razones se pueden obsesionar tanto con un pibe. Luego se nos vienen miles de rostros y nombres, como el de los pibxs de Monte, o Lucas, Luciano, Franco, Pichón. Es la perversión que tienen los efectivos policiales para demostrar su poder, con el objetivo de disciplinar a nuestros pueblos, barrios y comunidades. Como es sabido, la responsabilidad termina recayendo una y otra vez en las familias.

El 26 de febrero, Leo murió bajo custodia policial. Aproximadamente a las 14.31 hs llegó a comunicarse con su hermana y le dijo: “Hermanita estate atenta, porques seguramente tengamos que hacer una denuncia”. Ese mismo día almorzó con un amigo y se encontró con otro, por lo cual sobran testigos de que se encontraba sin lesiones en el cuerpo Alrededor de las 15 hs. salió a comprar una cerveza con su primo, y al ver que se acercó un patrullero comenzó a pedir ayuda en la casa de una vecina. El móvil era conducido por el oficial Fleitas, quien comenzó la persecución y el hostigamiento, y luego de llamar refuerzos, acudieron al lugar del hecho 4 patrulleros. En los videos incorporados a la causa se ve perfectamente que Leandro no se resiete. De forma violenta es reducido y esposado. Lo tiraron al suelo y comenzaron a pegarle entre 3 policías, lo suben al patrullero y lo conducen hasta sanidad. En las grabaciones se ve que el patrullero paró en Medicina Legal, pero nunca lo bajaron, nunca lo atendieron. Luego se dirigieron al Hospital de la ciudad, donde lo bajaron ya sin vida.

Nosotrxs, como compañerxs de militancia organizada de una de sus hermanas, acompañamos a la familia de Leandro en la exigencia de justicia, para seguir luchando contra la impunidad a los represores de ayer y de hoy. Abrazamos a nuestra compañera Flor, a su mamá, a su papá y a sus hermanas. El 24 de Marzo estaremos en Charata, Chaco, para acompañarla, y dialogar también con familiares de otros procesos similares.

Sabemos que este caso no es un hecho aislado, sino más bien todo lo contrario, es un accionar sistemático de la policía. Queremos que se investigue la tortura perpetrada por agentes del estado, como así también el fallecimiento bajo calidad de “conducido, detenido o en custodia” así fuese por acción directa, omisión o tolerancia.