Una interna inoportuna que parece favorecer a Milei y su plan de ajuste
(Análisis por Saúl Gherscovici)
Mientras que el presidente Javier Milei continúa con su brutal de ajuste, el justicialismo decidió ir a internas para renovar su conducción partidaria.
El próximo 17 de noviembre la pelea por la presidencia del PJ será entre la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el gobernador de La Rioja, Ricardo Quintela, quien meses atrás era el candidato lanzado y consolidado pero que finalmente, tras la decisión de Cristina de buscar la conducción, tuvo varias dificultades, primero para decidir el enfrentamiento y luego para armar y presentar la lista.
Chubutenses en las listas
Tanto Cristina como Quintela tienen chubutenses en sus listas. En la de la ex presidenta está el senador nacional Carlos Linares como Consejero titular, en tanto que la diputada nacional María Eugenia Alianiello figura como candidata al Consejo Superior en la del gobernador de La Rioja.
Como nombres de peso, Cristina lleva como vicepresidentes al titular del bloque de senadores, Héctor Mayans, a la senadora Lucía Corpacci y al presidente del bloque de diputados nacionales Germán Martínez. Wado de Pedro, Anabel Fernández Sagasti, Víctor Santa María, son algunos de los otros nombres de la lista de la ex vicepresidenta.
El gobernador de La Rioja es acompañado por Magda Ayala, el ex gobernador de San Luis, Alberto Rodriguez Saá y Mariana Gadea (UPCN), entre otros.
El problema no está ahí
La interna en sí no es un problema, porque es la posibilidad democrática establecida para renovar cargos cuando hay diferencias ideológicas, programáticas o metodológicas pero -sin dudas- aparece como complicada de realización y también de acuerdo generalizado luego de consolidarse y de que los afiliados hayan decidido "quién conduce y quién acompaña".
Muy pocas internas partidarias, no solo estamos hablando del PJ, se desarrollan y terminan bien. Es habitual que, más allá de asegurar que se comparte la doctrina y la posición general, en el fragor del combate haya declaraciones, acciones cruzadas y hasta algún carpetazo, que compliquen la convivencia democrática en el desarrollo y dejen heridas que, muchas veces, no cicatricen luego del resultado.
Lo cierto es que el PJ se metió en una situación complicada cuando lo recomendable sería que todos sus dirigentes y afiliados estén unidos para consolidar el proyecto con el cual, unidos y organizados, enfrenten en todos los espacios posibles de representación, pero sobre todo en el Congreso y en la calle cuando haga falta, al plan de gobierno y de ajuste salvaje de Javier Milei.
Axel quedó en el medio del fuego amigo
La interna, por otro lado, ya está ocasionando problemas sobre la figura del gobernador bonaerense, Axel Kicilloff, que encarna la candidatura natural del peronismo a la presidencia y desde la cual ya se debería estar construyendo para sumar a otros sectores para primero ganar las elecciones del año próximo y luego la general del 2027.
En su discurso por el día de la Lealtad, Kicillof elogió claramente a Cristina. "Los días más felices fueron peronistas y de ellos los más felices fueron con Cristina", aseguró. Pese a esa fuerte definición, la propia ex presidenta le reprochó una falta de definición sobre la interna que, precisamente, por pensar en el día a día de su provincia pero sobre todo en el futuro, el gobernador y candidato debe sortear.
El PJ tiene menos de un mes para poner en marcha una elección crucial, en la que están habilitados a votar 3.2 millones de afiliados. En este mes no solo cada sector en pugna tiene que mostrar sus propuestas, hacer reuniones, actos, sino también imprimir y repartir boletas en todo el país en un momento en el que la gente está pensando en cómo arrancar día a día ante tanto ajuste perverso y permanente.
Milei se frota las manos
Si bien ambos contendientes son siempre atacados por Milei y su gobierno, los rivales a quienes por lógica apuntó de entrada y de manera permanente el equipo presidencial son, precisamente, Cristina y Axel Kicillof. Ahora, con estas declaraciones cruzadas entre ambos, da la sensación de que quien se está frotando las manos en la interna es Javier Milei.
Con esta interna, el gobierno consiguió que el principal partido de la oposición, el único que puede poner en riesgo la continuidad de su plan de ajuste, se distraiga y se envuelva en una pelea que debió evitarse para enfrentar al verdadero problema y adversario que es el programa de gobierno. Ese programa que ya logró que más de la mitad de los argentinos estén bajo la línea de la pobreza, que se desplome del consumo, que se acreciente el desempleo, y se avance seriamente en un industricidio.
Se trata de todos los derechos y protecciones que solo puede garantizar un Estado presente que esté atento para atender las necesidades de la población, con obra, salud y educación pública que siguen en peligro porque los vetos de Milei se impusieron a lo dispuesto por el Congreso de la Nación y la gente movilizada en las calles, con el apoyo del PRO de Macri, gobernadores, diputados y senadores radicales, peronistas y no tanto.