Milei avanza y consolida
(Saúl Gherscovici) El presidente y su esquema de gobierno, basado en el ajuste permanente, la destrucción del Estado, de los derechos y el federalismo, no se detiene. Pese a todas las acciones cotidianas y otras extraordinarias que bordean el papelón, entre ellas su reciente participación en Estados Unidos y las insólitas y bochornosas votaciones en la ONU, Milei avanza.
A esta altura del partido ya hay que empezar a preguntarse si la oposición, que en ocasiones pierde tiempo que le brinda a La Libertad Avanza, podrá establecer un freno que vuelva a instalar en la Argentina el real funcionamiento de un gobierno republicano, federal, representativo y democrático. Ese que, en gran proporción, se perdió en estos 11 meses.
El problema es que a partir de la acción de los aliados fundacionales, como es el PRO, y los circunstanciales, siempre el gobierno encuentra la oportunidad para sumar votos en el Congreso, ya sea para sostener los vetos a la movilidad jubilatoria y al Financiamiento Universitario, o no dar quorum para sesiones, como sucedió la semana pasada con aquella en la que se iba a poner un freno al DNU que deja en manos de Luis Caputo acuerdos sobre deuda externa.
"Hay un horrible monstruo con peluca"
El papel que jugaron los gobernadores también fue clave para que Milei siga avanzando, incluso sobre un ajuste y un desprecio nunca pero nunca visto a las provincias, y en muchos casos, como Ignacio Torres es testigo directo, sobre los propios mandatarios, a los que se descalificó, despreció e insultó.
Pese al no envío de fondos, la paralización por completo de la obra pública, el total desentendimiento del rol del Estado Nacional en el funcionamiento de país como tal, que obviamente parte por atender las necesidades de las provincias, la mayoría de los gobernadores terminaron acompañando: la Ley Bases, el sostenimiento de los vetos, la continuidad del DNU 70, el Pacto de Mayo en julio, y todo el macabro pero efectivo esquema de complicidades que terminó imponiendo este sistema de gobierno en el que, paradójicamente,las provincias son las más complicadas.
El último apoyo fue el que el Macrismo, el radicalismo y peronismo con peluca, le dio a Milei para que el martes no se avance en el freno al mencionado decreto de canje de deuda. El ex presidente Mauricio Macri, que sigue negociando con el gobierno y cada vez que parece que rompe logra otro acuerdo, más personal que partidario o de real gobernabilidad, instruyó a diputados a no dar quorum, algo que fue avalado por la mesa de conducción del Pro.
Los gobernadores en la encrucijada
Lo curioso del caso es que los gobernadores siguen consintiendo pero, en reglas generales, sin conseguir nada o muy poco a cambio. En el caso de Chubut, si bien se logró la anulación de la asfixiante deuda generada en gran parte por el dasnevismo y Arcioni, sigue sin recibir los fondos que le corresponden y aceptó hacerse cargo de la obra pública comprometida y que le compete a Nación.
Esta nueva declinación, en la que los gobernadores de Juntos por el Cambio terminaron aceptando el criterio de Macri, se da en medio de la discusión del presupuesto 2025 que, si no es modificado, es aún más drástico en recorte de fondos, programas, y el sostenimiento de servicios y derechos.
El no acompañamiento al recorte del decreto de la deuda se inscribía en ese esquema de negociación. Sin embargo, pese a no dar quórum, el gobierno ya le dijo a los gobernadores que no aceptarán ninguno de los cinco puntos pedidos para acompañar el presupuesto.
Los cinco puntos rechazados fueron: el compromiso de Nación a saldar las deudas acumuladas con las cajas previsionales de las provincias, la coparticipación del impuesto a los combustibles líquidos, la distribución de ATN de manera equitativa y regular, la limitación de la alícuota de la Agencia de Recaudación Federal, y las compensaciones pendientes del Consenso Fiscal 2017.
Al gobierno, el presupuesto le da lo mismo
Los gobernadores ingenuamente pensaban que el gobierno iba a aceptar estos cinco puntos. La respuesta negativa fue en línea a lo que ya se anticipó en estas columnas y es que a Milei no le importa si el presupuesto se aprueba o no. La lógica es perversa pero lógica al fin: si no se aprueba seguramente se responsabilizará a gobernadores y oposición de no aprobarlo, y simplemente, como se hizo este año, se reconducirá el actual, que también le garantiza al gobierno la continuidad del ajuste.
Luego de esta negativa, los gobernadores dejaron trascender que ahora sí apoyarán una nueva sesión para derogar el decreto de la deuda.
La pregunta es si se trata de un nuevo capítulo del cuento de Pedro y el Lobo o una ventana más que tendrá Macri para negociar algo más con Milei, y luego bajar el pedido a gobernadores, diputados y senadores para continuar "apoyando en bien de la gobernabilidad y para no ser cómplices de la estrategia kirchnerista", como repiten cada vez que cambian sus votos o cuando su discurso no va en línea con lo que luego terminan apoyando.
Los gobernadores del macrismo tendrán que resolver esta encrucijada, sobre todo porque ya que saben que Mauricio Macri de ninguna manera podrá ser candidato a algo ni en el 2025 ni nunca, y que el tiempo de negociación que el ex presidente tiene con Milei se agota este año ya que, concientes del poco poder de fuego que fuera del Congreso el PRO tiene, LLA ya está decidido a ir solo en las elecciones intermedias a competir en lo que se presume va a ser un escenario polarizado entre el gobierno y Unión por la Patria, o como se llame electoralmente el año próximo.