Buenos Aires

Pastor evangélico encontró a su esposa asesinada y su yerno es el principal sospechoso

Isabel Salazar, de 52 años, fue hallada sin vida en su domicilio. El principal sospechoso es la pareja de su hija, quien habría actuado junto a su hijo

Monte Grande, Buenos Aires. Este martes en horas de la noche se produjo el brutal asesinato de Isabel Salazar, de 52 años, esposa de un reconocido pastor evangélico. 

El macabro hallazgo tuvo lugar en el domicilio de la pareja, cuando Roberto Arakelien regresó de cumplir con sus labores eclesiásticas y encontró a su esposa tendida en el comedor, con signos de violencia y manchas de sangre.

Ante la evidente escena del crimen, el pastor denunció el hecho a las autoridades, quienes de inmediato iniciaron una exhaustiva investigación. 

Las primeras pesquisas se centraron en el análisis de las cámaras de seguridad de la zona, las cuales permitieron identificar una camioneta Renault Kangoo blanca que se estacionó en las inmediaciones de la vivienda poco antes del homicidio.

La pista llevó a los investigadores hasta el domicilio de la hija del pastor, L. Arakelian, quien reside a tan solo 11 cuadras del lugar del crimen. Un allanamiento en la propiedad permitió la detención de su pareja, Magragone A. (60), y del hijo de este último.

Dentro de la vivienda, los efectivos policiales hallaron elementos de vital importancia para la causa: la camioneta Renault Kangoo captada por las cámaras, el dinero sustraído de la vivienda de la víctima, prendas de vestir con manchas hemáticas compatibles con el tipo de sangre de Salazar y dos armas de fuego.

Si bien la investigación aún se encuentra en curso y se aguardan los resultados de las pericias correspondientes, los principales indicios apuntan a un conflicto familiar motivado por cuestiones económicas. 

Según fuentes cercanas al caso, la hija del pastor habría manifestado en reiteradas oportunidades su envidia hacia su madrastra, a quien acusaba de haberse casado con su padre con la intención de quedarse con su herencia.

Las amenazas proferidas por L. Arakelian contra Salazar habrían escalado hasta desencadenar en el trágico desenlace. Los investigadores trabajan intensamente para esclarecer todos los detalles del crimen y determinar el grado de participación de cada uno de los detenidos.

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