Los Juegos Olímpicos: Gonzalo Peillat, ese Malinche alemán

Carlos Portas
Carlos Portas

Los Juegos Olímpicos: Gonzalo Peillat, ese Malinche alemán

Se ha generado mucho ruido en derredor de este jugador de hockey nacido en nuestro país. Con la camiseta argentina fue figura, jugó 153 partidos y convirtió 176 goles. En 2014, Peillat fue elegido el mejor jugador joven del mundo y ganó la medalla de bronce en el Mundial de La Haya. En 2015 con el plantel de Los Leones resultó campeón en los Juegos Panamericanos de Toronto culminando ese ciclo histórico con la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Río 2016.

Hace tres años, cansado según él "por la desorganización en la Confederación Argentina de Hockey, por desavenencias con el Director Técnico Retegui y porque sintió que lo dejaron solo en sus reclamos", decidió nacionalizarse y jugar para Alemania... y seguramente por unos cuantos Euros también. Hasta aquí estaría todo más o menos bien. Puede pensar distinto en cuanto a la C.A.H. y su Técnico y tiene todo su derecho de ser profesional en un deporte que acá es amateur.

La Federación Internacional de Hockey permite que luego de una pausa establecida reglamentariamente un jugador pueda representar a un país diferente del que venía jugando. Similar al Rugby y al Handball.

En los cuartos de final de París 2024 le hizo un gol a Argentina y lo gritó con mucho, demasiado, fervor y entusiasmo. Y encima perdimos. Hecho exactamente similar ya había sucedido en la Pro League, torneo que lógicamente no tiene la enorme trascendencia de los Juegos Olímpicos. Sumado a ello ni saludó a sus rivales cuando terminó el partido y avivó el fuego declarando entre otras desafortunadas frases que "no se arrepentía de nada, que no se habla con ningún campeón olímpico de Río, que Alemania es un país ordenado, no como Argentina donde vivimos pasando semáforos en rojo", destacó que el hockey no es como el fútbol ¿? pero cerró la entrevista con una frase de Maradona, pidiendo supuestas disculpas en inglés y con la camiseta alemana puesta. Combo completo.

Los hermanos mexicanos llaman "malinchismo" a la actitud de quien muestra apego a lo extranjero con menosprecio de lo nacional, de lo propio. En referencia a Malinche, la mujer nahua que fuera espía y amante de Hernán Cortés, el "conquistador" de México.

No voy a caer en el patrioterismo fácil de tildar a Peillat de traidor o vendepatria, como se lee por ahí. Ya expresé en otro artículo que el deportista no es un embajador.

Pero lo que lo hizo y declaró G.P. está muy mal. Pésimo. No debe hacerse. Es no tener códigos de ningún tipo. Falta total de respeto como mínimo por el deporte amateur que lo formó. Eran conmovedoras las lágrimas de tristeza de Cachito Vigil (un ejemplo de humildad, rectitud y juego limpio) cuando intentó relatar por TV ese gol alemán.

Puedo entender que este jugador tuviera animosidad justificada o no contra algunos dirigentes o técnicos. Pero es imperdonable que canalice ese resentimiento (metiendo en la misma bolsa a todo el país) con actos y decires de semejante bajeza, con total falta de valores y ese aire de superioridad.

Hay varios ejemplos buenos y malos al respecto: -Sergio Kun Agüero ahora es paladín de las Sociedades Anónimas Deportivas y critica el manejo de nuestros clubes, pero se olvida que una Sociedad Civil sin fines de lucro como el Club Independiente lo detectó, lo cobijó, lo entrenó y le posibilitó jugar en Europa, desarrollar su enorme talento y hacerse millonario.

-En 2014 Luis Scola (ya era campeón olímpico y NBA, no necesitaba ni gloria ni dinero) se plantó frente a la dirigencia de la CABB amenazando con no jugar el Mundial si no había cambios para que mejore nuestro básquet. Y lo logró. Y fue el capitán de ese equipo.

-Varios argentinos formados en el fútbol doméstico se consagraron Campeones del Mundo con otros países. Con Italia: Monti, Orsi y Guaita en 1934 y Camoranesi en 2006 quien con la copa en la mano dedicó el triunfo a "los pibes de mi barrio en Argentina". Con Francia: Trezequet (dio la vuelta olímpica con un gorro celeste y blanco) en 1998. Estos dos últimos volvieron a jugar a nuestro país y no tuvieron inconveniente alguno por haber tomado aquella decisión de jugar para otra Selección.

-Breel Embolo es un futbolista camerunés que vive en Suiza desde los 7 años. En el Mundial 2018 jugando para Suiza le hizo gol del triunfo... a Camerún. No lo gritó por respeto a su origen. Cuando terminó el partido fue aplaudido por las dos hinchadas.

-Un Lionel Messi de 12 años recaló en Barcelona con su padre (que no tenía trabajo producto de la crisis del 2001) porque aquí nadie quería costear su tratamiento hormonal. Sin embargo y pese a la insistencia de la Federación Española, jamás dudó de cuál era la camiseta nacional que quería lucir.

-Del gran Diego Maradona se pueden escribir varias páginas de su amor por el deporte argentino, antes y después de su retiro.

-Y sin dudas miles de compatriotas daríamos lo que no tenemos por jugar con la celeste y blanca.

Anteriormente escribí acerca del milagro del deporte nacional y de lo que alguna vez tendrá que cambiar: la gran falta de apoyo del estado y de auspiciantes, las diferencias que puede haber en cada Federación, Clubes, etc. y que el deportista argentino padece, pero igualmente no afloja. Saca fuerzas de flaqueza por amor a su camiseta. Está en nuestro ADN celeste y blanco. Esto es admirado y envidiado fronteras afuera y no tiene precio. Nadie lo podría comprar porque ninguno lo puede vender. Salvo esporádicos casos como Gonzalo Peillat que están de oferta.

Este jugador pasará a la historia con el triste privilegio de ser el único campeón olímpico argentino al que no recordaremos como tal, sino por su desagradecimiento y su falta de memoria.

No se equivocaba Arturo Jauretche al escribir que "el piojo resucitado es el que pica más fuerte".

Carlos Portas

Profesor de Educación Física

Asistente a los Juegos Olímpicos de Barcelona 1992 y Río de Janeiro 2016.

Colaborador del Comité Olímpico Argentino y de la Confederación Argentina de Handball en los Juegos Panamericanos de Mar del Plata 1995 y en los Juegos Olímpicos Buenos Aires 2018, además de varios Torneos Panamericanos y Mundiales de Handball.

Más de Opiniones