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Las S.A.D.: Espejos de colores, negocios ¿Y la gente?

Carlos Portas
Carlos Portas

Al inicio de su gestión, el Presidente Milei emitió un gigante Decreto de Necesidad y Urgencia que, entre otros tantos aspectos, incluía la obligación de que los Clubes de Fútbol se conviertan en Sociedades Anónimas Deportivas (S.A.D.).

Primero, hay que plantear si esa "conversión" de los Clubes o inclusión de las S.A.D. en la A.F.A. es realmente de Necesidad y Urgencia para este momento del país.

Las S.A.D. son entidades empresariales creadas con la sola intención de ganar dinero, sin ningún contenido social. Están dirigidas por una junta directiva o un consejo de administración compuesto por los propietarios, que pueden ser de cualquier país. Estos directivos tienen el poder de tomar decisiones clave sobre el equipo, incluyendo contrataciones, presupuesto, y estrategias deportivas.

En varios países, desde hace décadas, el fútbol profesional es manejado totalmente por empresas que de Clubes solo tienen el apodo (Italia, Inglaterra, Francia, Estados Unidos, Colombia, México y casi todos los países árabes petroleros). Por lo tanto, tienen dueños (un empresario o grupo inversor) y accionistas.

En Alemania se permite el 50+1 (los capitales solo pueden tener el 49% del poder). Chile adoptó las S.A.D. por completo (equipos como Colo Colo, U. de Chile y Huachipato a la quiebra, poca gente en los estadios, pobre desempeño de su Selección y con entradas subsidiadas) y Brasil hace poco lo está experimentando... con el detalle de que los nuevos dueños según sus intereses comerciales cambian el escudo, los colores y hasta la ciudad de los equipos, lo que resultó un desplome de la participación ciudadana y ha puesto el lucro como único horizonte.

En España, desde 1990, casi todos los Clubes son S.A.D. con la honrosa excepción de los más importantes, más ganadores y también más tradicionales: Barcelona, Real Madrid y Athletic Bilbao, que son Asociaciones sociales, muy similares a la estructura de sus pares argentinos.

Si bien el Decreto Presidencial apunta al fútbol profesional pura y exclusivamente por la enorme masa de dinero que mueve y los capitales que atraería, aclaremos que nuestro querido país tiene unos 20.000 Clubes, en su mayoría afiliados a Ligas, Asociaciones, Federaciones, etc. La figura jurídica es la misma: Asociaciones Civiles sin Fines de Lucro. Todos los Socios son dueños por igual y el voto de cada uno vale lo mismo, eligiendo a sus autoridades en elecciones y asambleas. En todo el territorio nacional fueron fundados (mucho hace más de 100 años) por hombres y mujeres con enorme vocación de servicio y gran compromiso comunitario, tradición que continúa de una generación a otra hasta nuestros días.

No podemos ocultar, sin embargo, que el fútbol profesional argentino tiene mil falencias: arbitrajes muy dudosos y cambios de reglamento a mitad del torneo, dirigentes que son empresarios exitosos pero que sospechosamente endeudan a sus equipos para luego terminar siendo ellos mismos los acreedores, delincuentes barrabravas que "trabajan de hinchas" bajo el ala de políticos y directivos, siendo fuerzas de choque y dueños de negocios claros y oscuros en derredor y dentro del club. Y podemos seguir... Pero eso lo debe resolver la Justicia, no los capitales extranjeros.

La "empresarización" de nuestros Clubes a través de las S.A.D. sin dudas atentará contra muchos de los roles que se cumplen en ellos, como las Escuelas de todos los niveles, Institutos y hasta Universidades, la enorme cantidad de deportes amateurs, actividades culturales y cualquiera de sus múltiples espacios de inclusión social, que no son redituables financieramente, sino que responden a una lógica de comunidad y bienestar a nivel social. Además de que, obviamente, afectará la capacidad del socio de tomar decisiones, aunque sea desde el voto.

En la A.F.A hay algunos clubes que informalmente funcionan como Sociedades Anónimas, se trata de un secreto a voces, algo que no está blanqueado pero que se sabe, como Talleres de Córdoba, Defensa y Justicia y Deportivo Riestra.

Me atrevo a afirmar que en Latinoamérica las S.A.D. han sido creadas y se las impulsa como herramienta para encubrir el lavado de dinero (vaya a saber uno el origen, pero sin dudas casi todo proviene de la especulación financiera y del narcotráfico) que de otra forma no se puede blanquear; antes el fútbol era la excusa extraordinaria para esto comprando jugadores, ahora directamente intentan comprar los Clubes. Además, el ingreso de ese capital impide el control del Club por parte de sus socios y ese es el punto clave.

Sería positivo buscar la manera de fomentar las inversiones, de que se pueda elevar la vara, sin que esto implique sacarle su esencia al Club. Copiar modelos cuando las idiosincrasias y culturas son muy disímiles no es conveniente y puede resultar contraproducente. La conversión en una S.A.D. puede originar la pérdida de la identidad y de la historia del club, dado que se introducen elementos más comerciales y de inversión que cambiarán la cultura y los valores tradicionales del equipo, priorizando el aspecto financiero y la rentabilidad. Una mayor presión por obtener resultados económicos puede dejar de lado el rendimiento deportivo, limitando la capacidad del Club para invertir en el desarrollo de programas y deportes sociales, de formación y otros aspectos que no generan ingresos inmediatos.

De la película "El secreto de sus ojos" tomamos una verdad: la pasión nunca cambia. Puede mudarse de sexo, de pareja, de religión, pero jamás cambiaremos de Club. Es un amor eterno, diferente al que sentimos por nuestras familias, sin dudas, pero ese sentimiento jamás lo perderemos y mucho menos lo venderíamos.

Entonces: ¿Debemos permitir que una corporación, porque tiene mucha plata, y encima extranjera, sea la "dueña" de esa pasión tan nuestra, tan argentina?

Los capitales que manejan las S.A.D. en el planeta son multinacionales. No tienen ni patria, ni ideología, y mucho menos sentimiento. Si no les sirve el negocio, simplemente se van y nos dejan en la ruina. No les importa la gente. El marketing mediático nos querrá instalar el "éxito" del Manchester City, PSG o Chelsea pero sobran ejemplos de equipos campeones con protagonismo internacional importante y que al retirarse los "inversores" abruptamente quebraron y ahora naufragan en el fondo del ascenso: Girondins de Bordeaux (Francia), Málaga (España). Algunos directamente desparecieron (Salamanca, Extremadura, Badajoz).

Sería bueno que el Gobierno Nacional en vez de ocuparse de la A.F.A. y las S.A.D. defina de una vez algún atisbo de política deportiva que abarque al deporte social, comunitario, amateur, de discapacidad y de tercera edad.

Absolutamente todos los futbolistas argentinos de los 3 Campeonatos del Mundo en Mayores, 6 Mundiales Juveniles y 2 medallas de Oro Olímpicas nacieron originalmente en Clubes de barrio, luego fueron captados por Clubes con fútbol profesional y más tarde algunos fueron a jugar a Clubes (o S.A.D.) de otros países. En definitiva, han sido formados por nuestra gente, con genuina identidad y valores argentinos. Ni hablar de los títulos internacionales de nuestros Clubes, que sumándolos somos el país más ganador del mundo.

Y tenemos el orgullo que nadie más puede ostentar: en el Olimpo de los tres mejores jugadores de la historia, dos son argentinos, surgidos en nuestras canchitas, en nuestros potreros. No nos hacen falta estos espejitos de colores que quieren vendernos.

Como decía un gran Presidente: prefiero siempre al peor de los nuestros que al mejor de los otros.

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