La inflación de octubre fue de 2,7% y acumula un 107% en el año
A pesar de la baja en el ritmo de los aumentos de precios, trabajadores y analistas señalan que la situación económica sigue siendo desfavorable para el poder adquisitivo.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) informó que la inflación de octubre fue de 2,7%, acumulando un 107% en lo que va del año.
A nivel nacional, los sectores con mayores incrementos en octubre fueron Vivienda, agua, electricidad, gas y otros combustibles, con un alza del 5,4%, seguidos por Prendas de vestir y calzado (4,4%). Alimentos y bebidas no alcohólicas, en cambio, fue la categoría con menor incremento, registrando solo un 1,2%. Por regiones, la Patagonia encabezó el índice de inflación mensual con un aumento del 3,2%, mientras que el Gran Buenos Aires registró un 2,8%.
Aunque el Gobierno celebra esta desaceleración, el director del INDEC, Marco Lavagna, insiste en la urgencia de actualizar la metodología del Índice de Precios al Consumidor (IPC), ya que actualmente se basa en patrones de consumo de 2004-2005, que ya no reflejan las realidades económicas de las familias argentinas. Según Lavagna, los hábitos de gasto cambiaron significativamente en las últimas dos décadas, y un nuevo índice podría ofrecer una imagen más precisa de la inflación y el costo de vida actual.
El impacto en los salarios es otra de las preocupaciones. De acuerdo con un informe de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), la inflación que afecta directamente a los trabajadores fue del 2,9% en octubre, destacándose subas en Educación (4,5%) y Otros bienes y servicios (4%). Sin embargo, el informe advierte que esta desaceleración en los precios no significó una mejora en los salarios ni en la distribución de ingresos, y los trabajadores ven cada vez más erosionado su poder adquisitivo.
Desde la administración de Milei, sin embargo, persisten las reticencias a actualizar el IPC. Para el Gobierno, la prioridad es mostrar una desaceleración en el alza de precios, pero la falta de una medición representativa sigue generando críticas entre economistas y especialistas en políticas públicas.