Escándalo en Tucumán: denuncian a un cura por participar en un chat gay

El sacerdote es colaborador de Agustín Rosa. Josué intercambiaba fotos de sus genitales con un adulto en Salta. Un exintegrante de la congregación Instituto Discípulos de Jesús de San Juan Bautista, presentó en la justicia canónica un intercambio de chats con el padre Josué que se dieron en un sitio de encuentros gays. El denunciante dejó un escrito con capturas de pantalla de las conversaciones y lo entregó al monseñor José Luis Mollahan, miembro para la Congregación de la Doctrina de la Fe.

En el texto que acusó a Sergio Salas es el verdadero nombre del cura Josué, dice: “En los chats expresa abiertamente su condición de sacerdote. También pasa fotografías de su rostro y de sus partes íntimas además de expresar un lenguaje desagradable y vergonzoso, inapropiado para todo ser humano, más para una persona con investidura sacerdotal”.

El interlocutor del sacerdote, se identifica como cura y cuenta que tiene un merendero en la provincia de Tucumán. Es un varón mayor de edad, supuestamente arquitecto, casado y residente en Salta que su nombre en ese chat es Fernando. Además, se muestra incrédulo acerca de la condición de sacerdote de Sergio, que Salas revela sin problemas, aunque le recomienda no divulgar sus fotos.

En el diálogo, hay propuestas e intercambio de imágenes de órganos sexuales. “¿Estás solo en la oficina ahora? Te la ch…”, “Recién salgo de misa”, “Ah, buen muchacho, fuiste a pedir perdón a Dios por lo que vas a hacer conmigo, jejeje” y “Vamos al telo fuera de Salta y nos re c…”. En tanto, reveló que ya había participado en un trío en dos ocasiones.

La Agencia Católica de Información según el numeral 1583 del Catecismo de la Iglesia Católica, expresó: “Un sacerdote que pierde su estado clerical ya no puede actuar como un ministro de Cristo, es decir, no puede celebrar la Eucaristía, confesar o impartir otros sacramentos”. El intercambio de Salas es de setiembre de 2019. Son del sitio Grindr, para varones gays y bisexuales.

Josué vive en Medina, Tucumán. Su sobrina es Milagros Salas que con su madre fue beneficiaria de asistencia por parte del Instituto, acusó de abuso sexual a una de las principales denunciantes de Rosa, la exmonja Valeria Zarza, pero la mujer fue sobreseída, aunque la aguarda un segundo proceso en el departamento judicial de Metán.