Grecia volvió a las misas: todos usaron la misma cuchara
Grecia registraba, hasta este domingo, 162 muertes y 2.819 casos confirmados de coronavirus. Así se encargó de informarlo la OMS.
Parecía que las cosas empezaban a volver a la normalidad en Grecia. Con el paso de los días, las medidas en cuanto a la cuarentena y el distanciamiento social comenzaban a flexibilizarse. Y ese era el caso de las iglesias, que este domingo reabrieron sus puertas después de más de seis semanas y los fieles se mantuvieron distanciados hasta en la fila para comulgar.
Sin embargo, en ese mismo momento, donde todo parecía un regreso a la normalidad, llegó lo insólito: todos los atendientes a la misa recibieron la comunión de la misma cuchara, sin que fuera desinfectada entre cada persona, informó la prensa internacional.
La comunión, según el culto ortodoxo de Grecia, está conformado por un vino dulce, acompañado de migas de pan que el sacerdote ofrece en una cuchara de plata bendecida que comparten todos los asistentes a una misa.
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— INBC 24+ (@Inbc24) May 17, 2020
Sin ningún tipo de contemplación por el coronavirus, sin contemplación por la inmensa cantidad de víctimas, que ya superan las 300.000 en todo el mundo, la el ritual religioso se llevó a cabo de manera normal. Por otro lado, lo irónico es que, en todo momento, en la fila para comulgar- los feligreses y los sacerdotes mantuvieron la distancia entre personas recomendada para contener la propagación del coronavirus.
image.pngEn Grecia, las personas volvieron a misa y tomaron de la misma cuchara, a pesar del coronavirus
Durante seis semanas, las iglesias permanecieron cerradas en Grecia. Durante este tiempo, transcurrió también la Pascua ortodoxa, que es muy resistida por buena parte del episcopado local.
Ambrosio de Kalávrita se encuentra entre los que más se opusieron a esa medida del episcopado, quien este domingo aprovechó la reapertura de los templos para “excomulgar motu proprio” al primer ministro, la ministra de Educación y el viceministro de Protección Ciudadana por lo que consideró la “blasfemia” de “considerar que la sangre de Cristo podría ser fuente de contagio”.
Sin embargo, horas después, el Santo Sínodo (conferencia episcopal) de la Iglesia ortodoxa griega desautorizó a Kalávrita en un comunicado en el que aclaró que sólo ese cuerpo tiene la facultad de excomulgar.