¿Se va YPF de la cuenca?: La discusión por el pasivo ambiental y la incertidumbre por el pasivo social

En las últimas horas se dio a conocer la decisión de la empresa de bandera de bajar la inversión en la Cuenca del Golfo San Jorge y devolver áreas concesionadas, algo rechazado por el gremio petrolero pero además repudiado por el gobernador Ignacio Torres y el intendente de Comodoro, Othar Macharashvili, quienes hicieron hincapié en el pasivo ambiental que dejarían sin saldar. Sin embargo, fue el senador Linares quién los cruzó con "una reflexión más profunda": el pasivo social que puede dejar YPF si deja de explotar áreas en la zona. 

Este viernes se desarrolló una reunión cumbre en Buenos Aires con la presencia del gobernador de Chubut, el intendente de Comodoro, los referentes petroleros y los representantes de las operadoras. Tan importante fue que el propio secretario general del Sindicato de Petroleros Privado y diputado nacional por Chubut, Jorge "Loma" Ávila, se ausentó de la sesión en la que se votó (y aprobó) la Ley ómnibus para ser parte del mitin. 

Allí las distintas operadoras coincidieron en algo lamentable: la reducción del plan de inversión en la Cuenca del Golfo San Jorge. YPF fue la más cruda: no solo habría anticipado que reducirá inversiones, sino paralizaría equipos perforadores, de Workover y de Pulling en un plan de entrega de áreas. 

En ese marco, Jorge Ávila sentó posición desde el sindicato al declarar el estado de alerta y movilización, rechazando la baja de inversiones que él sabe muy bien lo que conlleva. "Bajo ningún punto de vista vamos a aceptar caída de Equipos, de actividad y situaciones de despidos", advirtió. 

Tanto el gobernador Torres como el intendente Macharashvili hicieron referencia a un tema puntual y no fue precisamente la preocupación por el éxodo de YPF de la región a nivel laboral sino el pasivo ambiental. "Si se quieren ir de Chubut, van a tener que pagar cien años de pasivo ambiental", expresó el mandatario provincial. 

En la misma línea, Othar Macharashvili expresó: "No puede ser que se vayan así nomás, sin hacerse cargo del pasivo que termina perjudicando la calidad de vida de nuestros ciudadanos", en declaraciones que salieron por gacetilla y también en un posteo personal en redes sociales. 

Curiosamente fue el senador Carlos Linares quién recogió ese guante y retuiteó el posteó del intendente aclarándole, casi como enseñándole, que no solo el problema es el pasivo ambiental: "Querido compañero intendente, el tema es mucho más profundo. YPF, nuestra empresa de bandera, tiene que garantizar e invertir en la cuenca que fundó esa empresa. La entrega de áreas dejan pasivos ambientales pero también pasivo social que no queremos volver a vivir", dijo recordando la época pos privatización de la empresa que Comodoro sufrió mucho. 

La decisión oficializada por YPF en dicha reunión del viernes, no hizo más que ratificar la crónica de una muerte anunciada. Hace bastante tiempo que la empresa de bandera invierte cada vez menos en Chubut y Santa Cruz (aunque bastante más en dicha provincia) con la mira fuerte en Vaca Muerta. Y cuando el gobernador Ignacio Torres amenazó con quitarle las áreas concedidas que no operaban, la operadora, lejos de preocuparse, lo aceptó casi como un alivio. 

La incertidumbre que genera la posibilidad de que la empresa que se creó en Comodoro Rivadavia, hace casi 102 años, se vaya definitivamente de estas tierras es muy grande. No cualquier empresa puede hacerse cargo del volumen de trabajo de YPF y habría que ver si otras también están dispuestas a afrontar ese desafío conservando niveles de inversión y el mantenimiento de puestos de trabajo. 

El pasivo ambiental es una realidad tan histórica como preocupante, al igual que el impacto económico y social que puede significar para la cuenca la partida de la empresa de bandera.