Política

Rápido y furioso

El presidente Javier Milei no solo no detiene su marcha sino que la acelera. Así, en los primeros días de enero, puso a full el comando de la motosierra y avanzó sobre organismos simbólicos y estratégicos.

Saúl Gherscovici

Aprovechando los días posteriores a las fiestas y los primeros días de vacaciones Milei, entre otras acciones que desplegó, despidió o licenció a trabajadores de la Secretaría de Derechos Humanos, cerró la Dirección de Asistencia Directa por Situaciones Especiales (Dadse), y disolvió la Administración de Puertos.

Una vez más el presidente aprovechó los días posteriores a las fiestas y los primeros de vacaciones para avanzar a fondo porque, como el mismo confesó en una de sus controvertidas conferencias, en esta época del año es mejor hacer estas cosas porque "es mejor que la gente no se entere".

Esa estrategia ahora se ve fortalecida porque, producto de su política económica, la gente que sale de vacaciones, en una gran mayoría y como en la nefasta época de la plata dulce, lo hace afuera del país. En Chile, Brasil, Miami u otros lugares, el turista ni siquiera se informa cuando entra a comer o tomar algo y relojea información en el televisor siempre clavado en TN.

El silencio legitima

El cierre de la Secretaría de Derechos Humanos ya sabemos lo que significa. El de la Dadse es la confirmación de que el gobierno nacional no entregará más medicamentos a enfermos oncológicos y de otros padecimientos insufribles e inabordables sin el acompañamiento del Estado. Con la disolución de la Administración de Puertos se cierra toda una estrategia en torno a entregar hidrovías y estrategias de crecimiento y desarrollo.

Lo llamativo es que, pese a todo lo que ajustó y destruyó en el 2024, Milei parece seguir teniendo licencia social para hacer lo que le venga en ganas, incluso afectando la vida diaria de de jubilados y trabajadores, que no pueden más con el incremento de tarifas (que continuará) y la reducción real de sus ingresos.

Al fin, tuvo una plaza llena

Ante tanta falta de cuestionamiento, que ya se parece mucho a una legitimación, Milei no solo avanza en el escenario local sino que continúa aprovechando su presidencia para armar su condición de líder mundial, que es su verdadero desvelo y lo que lo tiene ocupado para tener un peso propio cuando termine su mandato.

El sábado Milei tuvo su momento de gloria cuando, luego de recibir al ex candidato a la presidencia de Venezuela, Edmundo González Urrutia, abrió el balcón de la Casa Rosada y se encontró con una multitud de venezolanos residentes en Buenos Aires. Esta vez, la Oficina de Presidencia o los trolls, no tuvieron que recortar o cerrar el plano de las tomas, porque el sábado si había gente en la plaza.

El problema de esa reunión es que se trata de un desacierto diplomático porque Nicolás Maduro asume la presidencia de Venezuela el 10 de enero y más allá de las sospechas plantadas sobre la elección, ningún organismo ni país de peso sigue objetando concretamente el resultado. Hasta Donald Trump ya tendió puentes con lo que el "mileismo" presenta como una dictadura.

Tampoco le importó a Milei que, con esa reunión, complicaba al gendarme detenido en Venezuela, del que todavía no sabemos realmente qué fue hacer y por qué fue autorizado irresponsablemente a realizar tal complejo viaje.

No hay plata

Milei también aprovechó la desafortunada confesión en redes sociales de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, respecto a que su sueldo congelado no le alcanzaba para vivir ante tantos aumentos de servicios y prepaga. En la pelea palaciega que mantiene la fórmula presidencial, Villarruel se la dejó servida a Milei, que dejó de ser el intrascendente arquero que fue para, tras jugar en pared con Lilia Lemoine y los periodistas funcionales, metiera un golcito.

Junto con estas acciones, Milei con la reconducción del presupuesto del 2023 ratificó que no habrá obra pública alguna, ni siquiera la reparación y atención de rutas nacionales, que ajustará aún más los fondos para Salud y Educación Pública y que no atenderá reclamo alguno de las provincias.

En el plano económico, mientras el propio Domingo Cavallo y economistas cercanos al ajuste, le vuelven a indicar que se le está yendo la mano, sobre todo con el tipo de cambio, Milei como antes lo hizo el propio Cavallo cuando fue ministro de la Alianza, y Macri cuando con Caputo manejaba la Economía, apuesta todo a un nuevo préstamo del FMI para sobrellevar los próximos años, sobre todo este en el que se va a jugar un importante capital político en las elecciones legislativas.

Ya sabemos lo que pasó luego del disfrute fugaz y consumista durante la Plata Dulce, y lo que viene detrás de los préstamos del FMI, esos que nunca los paga quien los solicita sino los argentinos/as de pie que ya están bancando el ajuste y que no son precisamente los que para este gobierno son los argentinos de bien.

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