La experiencia de las mujeres recolectoras: "Nos apoyamos entre todos"

Lorena, quien recientemente empezó a manejar el camión del servicio urbana, expresó con entusiasmo: "Es la primera vez que manejo un camión y al principio me costó, pero después de todo no es tan distinto a un auto. Con práctica y dedicación, ya se va pasando todo más rápido". Agregó que estar atenta a los chicos y a toda la gente en la calle es clave para garantizar un servicio seguro y eficiente.

Beatriz Ramos, otra de las recolectoras, relató que al principio le fue difícil adaptarse, pero el apoyo de sus compañeros fue fundamental. "Me ofrecieron el trabajo y no me arrepiento. Al principio te cuesta un poco, pero con la ayuda de mis compañeros, me enseñaron todo. Ahora, nos tiramos en movimiento y ya no me cuesta tanto". Expresó que, aunque el trabajo tiene sus desafíos, le ha traído oportunidades importantes, como su independencia económica.

Gabriela Cárdenas, también parte del equipo, destacó uno de los principales riesgos del trabajo: "Hay que tener cuidado con los perros, ellos siempre nos persiguen, y tenemos que estar atentos. Nos movemos desde la fracción 15 hasta la parte de atrás y siempre hay que estar alerta". Sin embargo, a pesar de estos riesgos, Gabriela compartió que la gente en general es muy amable: "Algunos nos saludan, otros nos felicitan, los chicos sobre todo se ponen muy contentos cuando nos ven".

Todas coincidieron en que el trabajo tiene su cuota de dificultades, pero también los momentos gratificantes, como la interacción con los vecinos y el apoyo del equipo. "Nos tiramos en movimiento y nos apoyamos entre todos", concluyó a Radio del Mar, Gabriela, destacando la importancia de la camaradería.