El comisario Vera responsabilizó a la dirigencia de Jorge Newbery

 Fredi Vera, jefe de la Unidad Regional fue crítico sobre el operativo de seguridad en el estadio Jorge Newbery, destacando los desafíos que llevaron a la suspensión del partido y disturbios en el recinto.

El estadio Jorge Newbery se convirtió en el escenario de caos y tensión el pasado domingo, cuando un operativo de seguridad destinado a un evento deportivo se vio superado por una serie de incidentes que culminaron con la suspensión del partido.

Fredi Vera, jefe de la unidad regional, dejó en claro que 'a pesar del calor, estábamos en el estadio desde las 14 horas programando el operativo para el evento que en definitiva no fue'.

El problema inicial surgió en el sector del túnel, donde una situación tensa llevó al club visitante a rehusarse a salir al campo de juego.

"Según las palabras de Vera, 'diagramamos un operativo acorde a la situación que se iba a dar en el día de ayer'."

Uno de los momentos más críticos se vivió durante el ingreso al estadio, resultando en un efectivo policial con una fractura en el pómulo derecho debido al impacto de una botella de hielo. A pesar de los esfuerzos por mantener la seguridad, se desencadenó una escaramuza entre la dirección del club Jorge Newbery y la gente de Rincón.

Vera expresó  'desconocemos cuáles fueron los motivos por qué la gente de la dirección del club de Newbery tuvo el enfrentamiento con la gente de Rincón'.

Ante las dificultades, el equipo de seguridad respondió rápidamente, acudiendo al túnel para controlar la situación. Sin embargo, los problemas persistieron cuando el club visitante informó a los árbitros sobre jugadores lesionados y su decisión de no salir al campo. La respuesta de la policía fue la renovación del operativo, aumentando la presencia de agentes dentro del campo de juego.

"Vera destacó que 'el árbitro nos solicitó como responsables del operativo garantizar el partido'."

A pesar de estos esfuerzos, el partido se suspendió, generando descontento entre los aficionados. La evacuación del club visitante fue un desafío adicional, enfrentándose a la resistencia y la lluvia de escombros. La situación se calmó cuando la gente del club fue resguardada en la confitería, esperando alrededor de una hora y 40 minutos antes de liberar la zona y permitir la salida sin inconvenientes.

Las reuniones previas y los acuerdos entre las partes involucradas buscaban evitar incidentes similares a los ocurridos en Neuquén. Sin embargo, discrepancias en la modificación del operativo contribuyeron al desenlace desafortunado, donde el otro club se negó a jugar.

En conclusión, el episodio planteó desafíos de seguridad en eventos deportivos, las declaraciones directas de Fredi Vera arrojaron luz sobre los esfuerzos realizados por el equipo de seguridad ante un escenario impredecible.