Escándalo en el Congreso: José Glinski denuncia caos institucional y represión
El diputado nacional por Chubut criticó el levantamiento irregular de una sesión con quórum, las agresiones dentro y fuera del recinto, y adelantó los próximos pasos legislativos sobre facultades delegadas y criptoestafa.
El diputado nacional José Glinski brindó una entrevista en ABC Radiodonde denunció un "escándalo mayúsculo" en la Cámara de Diputados, marcado por violencia interna, irregularidades institucionales y represión externa. Según relató, el hecho ocurrió durante la sesión en la que se debatía el emplazamiento para eliminar las facultades delegadas del Ejecutivo, cuando el presidente de la Cámara, Martín Menem, levantó la sesión pese a contar con quórum.
"Es absolutamente fuera de cualquier tipo de institucionalidad levantar una sesión que tiene quórum", afirmó Glinski, detallando que había 128 o 129 diputados presentes. Según el legislador, el caos comenzó cuando "diputados de La Libertad Avanza fueron a sacar a las piñas a integrantes de su propio bloque". En medio de esa gresca, mientras la diputada Tolosa Paz argumentaba sobre las facultades delegadas, Menem "se levanta y se va, da por finalizada la sesión". Glinski calificó la actitud del presidente de la Cámara como una falta grave: "Ante una situación de semejante desorden, estaban a las piñas literalmente adentro, era poner paños fríos, administrar, llamar al orden, convocar a todos a que se sienten en sus bancas".
El diputado también señaló la participación de disidencias dentro del oficialismo, como el caso del diputado Zago, ex presidente del bloque de La Libertad Avanza, quien formó un bloque disidente pero aún integra la coalición de gobierno. "Los que estábamos ahí presentes, que habíamos decidido dar quórum, incluido el diputado Zago, vimos cómo se levantaba la sesión", explicó.
Fuera del recinto, la situación escaló con incidentes violentos liderados, según Glinski, por los diputados de La Libertad Avanza El Mirón y Lemoine. "Ocurrió afuera con la policía, con otro tipo de consecuencias, ya más grave, porque estamos hablando de un fotógrafo que se está debatiendo entre la vida y la muerte, jubilados y jubiladas lesionados, menores detenidos", denunció. Entre los casos, destacó la detención arbitraria de dos menores, de 12 y 14 años, que salían de la escuela "sin ningún tipo de justificación".
Glinski vinculó estos episodios a una crisis más profunda en el gobierno: "Hay algo en el gobierno que se quebró. Me imagino que eso empezó con la criptoestafa y se ha iniciado una etapa de decadencia. La reacción ante la pérdida de legitimidad es la utilización de la fuerza, y eso es muy peligroso".
En cuanto a los temas legislativos, el diputado informó que la oposición logró avances. "Convocamos a comisiones y, como el presidente de la comisión no llamaba para tratar los temas vinculados a la criptoestafa, el pleno del Congreso obliga a esa convocatoria", señaló. La próxima semana, martes y miércoles, se realizarán plenarios para discutir proyectos que instan a investigar al presidente Javier Milei y sus funcionarios por la criptoestafa. Además, se tratarán otros emplazamientos pendientes: la eliminación de las facultades delegadas, la extensión de la moratoria jubilatoria (que vence el 23 de marzo) y la ratificación de autoridades en la comisión de juicio político.
Sobre este último punto, Glinski lamentó no haber reunido la mayoría para emplazar la comisión de juicio político e investigar al Ejecutivo, aunque sí contaban con los votos para ratificar autoridades, un proceso interrumpido por el escándalo. "Cuando estábamos por ratificar eso, que yo creo que eso es lo que le molestó de fondo al Gobierno, vino el escándalo", afirmó, refiriéndose a la designación frustrada de Marcela Pagano como presidenta de esa comisión.
Finalmente, consultado sobre la continuidad de Martín Menem al frente de la Cámara, Glinski indicó que "hay una opinión muy extendida de que no podía seguir siendo el presidente" tras lo ocurrido. Sin embargo, admitió que desplazar a Menem requiere "130 voluntades", un número difícil de alcanzar debido a las negociaciones con bloques como los de Pichetto, algunos radicales y la Coalición Cívica, que oscilan entre oposición y oficialismo. "Fue mucha la presión que recibieron los diputados y diputadas de esa parte de la oposición", aseguró, mencionando episodios como las agresiones entre Almirón, Zago y Lemoine, y los intentos de Bornaroni, presidente del bloque de La Libertad Avanza, de convencer a radicales como Loredo para levantar la sesión.
Glinsky cerró con un balance crítico: "Miren cómo se ha degradado y descompuesto todo rápidamente". La próxima semana será clave, con nuevas sesiones previstas para abordar estos temas y, eventualmente, quitarle las facultades delegadas al Ejecutivo, un punto que considera central en los actuales "inconvenientes" del país.