"Canina Jelinek" y el operativo antidroga con un micro en plena ruta que se hizo viral
Un bolso sospechoso con paquetes misteriosos desencadenó la intervención de Gendarmería en un micro rumbo a CABA, dejando a los pasajeros en vilo durante horas. La presencia de un narcoperro y un tucumano bajo sospecha agregaron tensión y humor.
En un episodio ocurrido en un micro que se dirigía a Buenos Aires, Gendarmería detuvo el vehículo para inspeccionar un bolso que nadie reconocía y que contenía varios paquetes rectangulares. El usuario de Twitter @lichigrams documentó el evento en tiempo real, narrando con un tono divertido los detalles del operativo que incluyó la intervención de un narcoperro y la sospechosa actuación de un pasajero tucumano.
El viaje en micro de regreso a Buenos Aires de @lichigrams, conocido como Lichi POCODRILO, se convirtió en un escenario de película cuando Gendarmería detuvo el vehículo para inspeccionar un bolso misterioso. La escena, que parecía sacada de un thriller, fue compartida por Lichi en una serie de tweets que rápidamente se viralizaron, alcanzando 1,8 millones de reproducciones.
Todo comenzó cuando los gendarmes subieron al micro para verificar un bolso que nadie reconocía como propio. Según Lichi, el bolso contenía varios paquetes rectangulares de los que caía polvo blanco al sacudirlos, generando sospechas de que podía tratarse de drogas. "Están viendo si es merca o budines, literal estamos acá esperando que venga un narcoperro", comentó Lichi en uno de sus tweets.
La situación se puso más interesante cuando se señaló como principal sospechoso a un tucumano, quien tenía el bolso sospechoso justo arriba de su asiento. A pesar de las intensas preguntas de los gendarmes, el tucumano insistía en su inocencia. "Ahora veremos cuando suba el perro y se lo coma", bromeó Lichi.
Finalmente, el narcoperro, descrito como una perrita negra con cara de bueno, realizó su trabajo y marcó tanto el bolso misterioso como la mochila del tucumano. Esto llevó a un momento tenso cuando el tucumano intentó usar su celular para llamar a su familia y pedirles que revisaran las cámaras de seguridad de la terminal, desobedeciendo las órdenes de los gendarmes. "Hubo pelea entre dos gendarmes y el tucumano porque desde que la perra marcó su mochila debía quedar incomunicado", relató Lichi.
El episodio se prolongó con conversaciones entre los gendarmes sobre sandwiches y la perrita jugando con su juguete, un premio por su buen trabajo. Lichi cerró su relato nombrando a la perrita "Canina Jelinek" y compartiendo su deseo de llegar a tiempo a CABA, mientras la incertidumbre y el hambre persistían entre los pasajeros.