El camino de Valentina y Enzo: del monoambiente a la gloria
Valentina Cervantes recuerda los inicios de su relación con Enzo Fernández, cuando vivían en un monoambiente y se turnaban para llegar a sus trabajos. Hoy, tres años después, la realidad es completamente diferente.
Valentina Cervantes recuerda con cariño los inicios de su historia de amor con Enzo Fernández, el flamante campeón del mundo. "A Enzo lo conocí cuando teníamos 16 y 17 años, y casi de inmediato nos fuimos a vivir juntos. Somos los dos de San Martín y teníamos un grupo de amigos en común", cuenta Valentina con una sonrisa en diálogo con Perros de la Calle, programa que conduce Andy Kusnetzoff.
Fue en 2018, durante unas vacaciones en Mar del Tuyú, cuando terminaron de conocerse. "Nos veíamos en la playa, hablamos mucho ese verano y recién a fines de año, nos pusimos de novios". La primera cita fue en la quinta del sobrino de Enzo, donde celebraban un cumpleaños.
Aquellos primeros años no fueron fáciles. Cuando nació su hija Olivia, la pareja vivía en un monoambiente en Urquiza, que les pagaba el representante de Enzo. "En pandemia estábamos ahí los tres y yo trabajaba en un callcenter, mientras que Enzo aún no tenía sueldo. Le comprábamos ropa usada a Olivia por MarketPlace", recuerda Valentina con nostalgia.
Para llegar a sus trabajos, Enzo se tomaba varios colectivos y Valentina lo acompañaba hasta la estación de Urquiza. "Él se bajaba en General Paz y se tomaba otro hasta River, y yo seguía hasta el centro, donde trabajaba en una casa de empanadas y luego en el callcenter cerca del Obelisco".
Hoy, tres años después, la realidad es completamente diferente. "Nace nuestro nene y es otra realidad totalmente distinta", dice Valentina, con la emoción reflejada en su voz. Un camino lleno de esfuerzo y sacrificio que los ha llevado a este momento de gloria.