Quiso reformar a gays a través de Jesucristo y ahora se reconoce como uno
La terapia de conversión involucraba métodos ampliamente desacreditados que buscaban cambiar la orientación sexual
El hombre reconoció que se equivocó al fundar Hope for Wholeness Network (red de esperanza para la integridad), un programa de terapia para la conversión basado en la fe, que busca que las personas se deshagan de su identidad lgbtq. Se equivocó al crear un slogan promoviendo la idea de “liberarse de la homosexualidad a través de Jesucristo”. Se equivocó al decirle a la gente que estaban condenados por toda la eternidad si no cambiaban el camino.Después de 20 años trabajando en ese campo, Game se dio cuenta del daño que había provocado y que él mismo es gay. La terapia de conversión involucra métodos ampliamente desacreditados que buscan cambiar la orientación sexual o identidad de género de alguien. Esta práctica es ilegal en 18 estados y en el distrito (washington dc).”Está todo en mi pasado, pero muchos, MUCHÍSIMOS siguen creyendo que hay algo malo con ellos, y que hay algo malo con la gente que elige vivir sus vidas abierta y honestamente como gay, lesbiana, trans, etc” escribió Game (51) en su Facebook la semana pasada. “El tan dañino círculo de vergonzarse de sí mismo y de auto condenarse debe terminar”.Hope for Wholeness, radicada en Carolina del Sur y conocida como uno de los centros de terapia de conversión más prominentes, no respondió este martes a pedidos de comentarios a este medio acerca del tema. Game no pudo ser contactado.Game está entre los fundadores y fundadores de programas de terapia de conversión que ahora desacreditan la práctica. En 2014, 9 líderes “ex gay” firmaron una carta abierta denunciando que la terapia de conversión es “ineficaz y dañina”, pidiendo que se detenga. Un consejero santo que practicó terapia de conversión, dijo en enero que era gay, y que renunciaba inequívocamente al ministerio ex gay.Game anunció en junio que era gay, casi 2 años después de que la cúpula hope for wholeness lo despidiera. En su publicación en Facebook, dijo que todos los programas de terapia de conversión deberían cerrar, pero que apoyaría que se conviertan en grupos de apoyo para personas que creen que ser lgbtq es incongruente con su fe.”Yo fui un fanático religioso que lastimó a mucha gente”, le dijo Game al washington post. “La gente dijo que intentó suicidarse por mí y por las cosas que les dije. Gente que yo conozco está en terapia por mí. ¿Por qué querría que eso continúe?”.Los líderes de los programas de terapia de conversión raramente renuncian públicamente a su práctica, porque hacerlo significa darle la espalda no solo a la comunidad ex gay, sino también a la fe conservadora en su conjunto, según dijo Alan Chambers, ex oresidente de Exodus International. Exodus fue el ministerio de terapia de conversión más grande del mundo, hasta que Chambers la cerró en 2013 y se disculpó con la comunidad lgbtq.”A veces, no solo perdes relación con la gente con la comunidad en la que estuviste, sino que también perdes a tu iglesia”, le dijo Chambers a The Washington Post. “A veces perdes a tu familia. A veces lo perdes todo.”Chambers, que dijo ser “un hombre gay casado con una mujer heterosexual”, dijo que su decisión de rechazar la terapia de conversión creció durante décadas. Dijo que fue particularmente sorprendido por las reacciones devastadoras que vio en la ahora derogada Proposición 8 de California, una enmienda que en 2008 prohibió el matrimonio homosexual allí. Ahora, Chambers aboga por el fin de la terapia de conversión para menores, y por incluir a la gente lgbtq en las comunidades religiosas.Mel White, ex escritora fantasma para cristianos evangélicos de perfil alto, se describió a sí mismo como “víctima del movimiento ex gay”. White dijo que cuando estuvo casado con una mujer y creía que las relaciones homosexuales eran pecaminosas, probó todas las formas de terapia de conversión posibles: tomó duchas frías, se sometió a terapia eléctrica y se hizo un exorcismo. Dice que pagó más de 1000 dólares en tratamiento, y que nada funcionó.