El periodista Rodrigo Lussich reveló cuál es su adicción en la cuarentena “Me cuesta soltarlo”
El aislamiento social preventivo y obligatorio afecta a todos de manera diferente y Rodrigo Lussich cuenta su verdad.
La cuarentena preventiva y obligatoria para prevenir el contagio del coronavirus decretada hace 65 días, tomó por sorpresa a todos los argentinos y no todas las personas la toman de la misma manera. Mientras algunos decidieron hacer ejercicios y aprender nuevas habilidades, a otros los sumerge en un tiempo de series y otras distracciones. En una entrevista con Ciudad Magazine, el periodista Rodrigo Lussich contó cuál es su “vicio” en este aislamiento.
A través de un diálogo por whatsapp, el reportero comentó que la cuarentena la está pasando junto a su novio Juani y su perro Nano. Sin embargo cuenta que su vid ano cambió mucho, puesto que pasa gran parte del día trabajando.
Ro.jpgRodrigo Laussich y su pareja. Captura de pantalla de Instagram
Por otro contó que cuando termine la cuarentena terminará con algunos kilos de más, ya que no está haciendo ejercicio, cosa que antes también le costaba, pero se autodenomina “un gordito feliz”. Ya tiene 47 años y siente que a esa edad la grasa se instala en uno.
En cuanto a una autocrítica, Rodrigo se sinceró y aceptó que el celular lo tiene bastante adicto, pero por un motico diferente, ya que no se “engancha” con las redes, sino que lo uso para el trabajo y manetnerse cerca de sus familiares y amigos.
Rodri.jpgRodrigo Laussich y su “perro persona”: Nano
También habló de la “infodemia”, es decir la sobrecarga de información innecesario que reina en los medios actualmente. Por su parte, él decidió ir por el otro camino, aquel que eligió Mónica Ayos y Flor Vigna, entre otras personalidades, que es “entretener y divertir”.
Así como el resto de las personas, lo que más extraña del tiempo antes de la pandemia es la libertad y poder movilizarse, pero que en este tiempo volvió a las cosas esenciales de la casa, como planchar y preparar su ropa. Debido al aislamiento ya no cuenta con la ayuda de Carmen, la mujer que considera como su segunda madre y que lo ayudaba con los quehaceres de la casa.