A 6 años de la victoria de Marcos “El Chino” Maidana sobre Adrien Broner

El 14 de diciembre, pero de 2013, Marcos Maidana derrotó a Adrien Broner para coronarse campeón mundial welter AMB.

Hace seis años, el santafesino nacido en Margarita Marcos Maidana nos brindó una de las peleas más emocionantes de esta década para el boxeo argentino. “El Chino” enfrentaba a quien muchos consideraban el heredero del imbatible Floyd Mayweather, el oriundo de Cincinnati, Adrien Broner.

La noche de ese 14 de diciembre, se enfrentaron en el Alamodome de San Antonio, Estados Unidos, para ver quién se quedaba con el cinturón de campeonato mundial de la categoría welter de la Asociación Mundial de Boxeo.

Adrien Broner era el claro favorito. O, al menos, eso creían los expertos. Y la verdad es que Maidana cumplió nuevamente con la frase que popularizó Amílcar Brusa, entrenador de Carlos Monzón: “lo creyeron paloma y les salió gavilán”. Por su parte, además, Maidana venía de noquear seis meses antes a Josesito López, en un combate que fue nominado a pelea del año por la revista The Ring Magazine.

Maidana controló siempre todas las acciones del combate, con el estilo que lo caracterizó toda su carrera. Con una vergüenza deportiva prácticamente nula, siempre boxeó caminando hacia adelante, esta vez haciendo mucho más uso del jab, lo cual le permitió castigar con mayor precisión la humanidad de su adversario con esa furiosa derecha que le dio 31 knock outs en las 35 victorias que tiene.

Tal era el aluvión de golpes que lanzaba el argentino, que el local tuvo una reacción un tanto atípica, pero totalmente repudiable. Cuando Maidana lo tuvo de espaldas, Broner hizo un movimiento de caderas detrás de él.

No hizo falta más. A poco de iniciar la segunda vuelta, el Chino descolocó primero a su moreno rival con un derechazo, para después enviarlo a la lona con la zurda. La imagen es épica: primera vez en la historia que Broner iba al suelo; el daño se notó serio cuando se levantó, y las piernas parecían a punto de abandonar todo esfuerzo por soportar el peso de su cuerpo.

De ahí en adelante no hubo lugar para otra cosa que la dominación del santafesino. Y coronó la que posiblemente sea la mejor pelea de su carrera con otra gran acción en el octavo asalto: esta vez en la corta distancia, comenzó con una combinación de golpes en la zona baja, para rápidamente lanzar un cross izquierdo, y otra vez muñeco al piso.

Faltó el knock out, aunque no fuese realmente necesario. A domicilio y todo, los jueces le dieron el título mundial al argentino en fallo unánime: 115-110, 117-109 y 116-109.

 

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